"La noche buena se viene,
la noche buena se va,
y nosotros nos iremos
y no volveremos más."
"La noche buena se viene,
la noche buena se va,
y nosotros nos iremos
y no volveremos más."
Querido Niño Jesús:
Henos aquí, comidos por los virus.
Virus surgidos de los abismos del odio y de la muerte.
El mismo odio y la misma muerte que, en unas horas, el capullo de Herodes te traerá como regalo de bienvenida, cuando intente matarte para conservar su coronita de reyezuelo local. Y matará a todos los bebotes de Belén de menos de dos años.
Si mi hijo hubiese nacido en la época de Herodes, estaría condenado a morir en pocos días.
Es duro pensarlo. Pero es peor pensar que mi hijo tenía más posibilidades de poder nacer entonces en Belén, que en esta época desquiciada.
Porque hoy, los niños como tú, como mi hijo, mueren a millones, silenciosos e inocentes, cuando apenas empiezan a existir, a causa del mismo miedo o el mismo odio que llevó a Herodes a creer que esos niños eran un precio razonable a cambio de conservar la coronita de su felicidad, de su comodidad o de su egoísmo.
Al final, a ti también te matarán con una muerte horrible. Porque tú, Rey de reyes, Señor de señores, has decidido que es un precio razonable para salvar a los Herodes de este mundo.
Por eso todo es maravilloso, a pesar del frío y la oscuridad, esta es una Historia luminosa. Si tú no hubieses venido esta noche santa a salvarnos, nada valdría la pena y al final todos seríamos devorados irremediablemente por el odio, por el miedo y, finalmente, por la Muerte.
Pero aquí estás, Dios omnipotente, en pañales.
Tú eres la vacuna que anunciaron los profetas desde antiguo.
La vacuna contra la muerte del espíritu, contra esos virus que convierten a los niños inocentes en capullos como Herodes.
La vacuna que convierte a los capullos como Herodes en niños buenos, como tú y como mis hijos.
Para este año -y para todos los años- te vuelvo a dejar alrededor de la cuna un montón de súplicas que ya sabes cuales son, solo te repito algunas:
Que mi familia y yo caminemos todos los pasos de nuestros días en tu Amor y en tu Gracia.
Que llevemos tu vacuna a todo el que nos encontremos.
Que al pelanas de apellido irónico y a sus amiguitos les visite el Espíritu Santo y se conviertan. (Y si no, legión de ángeles y al hoyo).
Y al final, sea cuando sea, sea como sea, al Cielo, al Cielo todos.
Amén.