Hoy se cumplen diez años desde que se abolieron las corridas de toros en la República Democrática y Social de España. De no ser por el ejemplar que se conserva encerrado en el "Instituto Zoológico Popular" de Demópolis (antes "Madrid") la especie se habría extinguido. Tras el Decreto-Ley-Urgente del Líder del Pueblo 28.823/26, de 15 de febrero, todos los ganaderos -entonces dedicados a la cría del toro bravo- se pasaron a la cría de bovinos no-bravos para abastecer mataderos. De esta forma, la especie del toro bravo se fue reduciendo... hasta quedar sólo el ejemplar del I. Zoológico, un macho de siete años, ya enfermo y débil, único vestigio de la raza.
Cada 15 de febrero, los "antitaurinos" acuden al I. Zoológico a conmemorar la "liberación de los toros" junto a este viejo ejemplar. Allí le dan manojos de hierba con lazos de colores, y se desnudan, conmemorando su lucha y victoria contra la barbarie irracional de las corridas de toros. Y todos quieren hacerse fotos con él -con cuidado porque, aunque viejo y enfermo, el toro sigue embistiendo, como le dicta su sangre (ya pasó hace tres años que enganchó a un perrofla, que iba fumado y en bolas -uno sólo con mamá-natura-, y le hincó el pitón izquierdo en la yugular, arrancándole la cabeza con la facilidad con que se descorcha una botella de champán, matándolo en el acto).
Afortunadamente, los perroflas abundan en la R.D.S. de España, no como el toro bravo, que ya está por desaparecer...