Martes 4 de marzo de 2014, 10:06 a.m.: Entre los edificios de la plaza de Lima.
Tras cuatro meses de lluvia, frío y oscuridad, un escuadrón de valientes aladas, llegado de África, atraviesa como flechas los cielos madrileños, hasta ahora dominados por las nubes y los vientos gélidos.
Y como Goering en 1944 -que supo que la guerra estaba perdida cuando vio un puñado de Mustangs sobrevolar a 700 km/h los tejados de Berlín- el invierno SABE que, a pesar de su devastador esfuerzo de este año -impresionante sin duda-, las Golondrinas traen el verano en sus alas y que su guerra está perdida sin remedio.