Mis señores príncipes:
Dios os ha dado tres dones inestimables: la vida, la libertad y vuestra familia. El enemigo (sí, hay un enemigo, ya hablaremos de él) intentará por todos los medios y con muchos disfraces, arrebataros las tres. Si lo consigue dejaréis de ser príncipes y yo me moriré de tristeza y habré fracasado en mi misión de acompañaros a vuestros tronos.
Intentará quitaros la vida, incluso con excusas aparentemente bondadosas, y habrá quienes quieran usarla en beneficio propio. Tendremos que luchar con quienes se autoproclamen dueños de vuestra vida u os digan cómo debéis vivirla. Eso sólo puede disponerlo quien os la ha dado, vuestro Padre. Os encontraréis incluso personajes que, en su Nombre, intenterán daros gato por liebre. Ya lo hablaremos.
Intentarán arrebataros vuestra libertad. Para eso se servirá, sobre todo, de la ignorancia y de la debilidad. Descubriréis que los hombres somos una raza herida; no somos perfectos. Si el enemigo nos engaña en este punto podemos acabar atrapados en la oscuridad. Y escapar de la oscuridad puede ser muy jodido, pequeños (perdonad mi lenguaje): la oscuridad adormila la razón, el espíritu y el corazón y nos puede llevar a confundir comodidad con felicidad.
También intentará arrebataros a vuestra familia -o alejaros de ella-. Vuestra familia es vuestro refugio. Viven para que viváis vosotros y siempre será así: lo demás cambiará, el mundo temblará, y vendrán pruebas duras y difíciles, pero al final del día vuestros padres son ellos y sólo ellos. Vuestra familia, vuestra sangre, será roca en la tempestad. Son los únicos que no pondrán requisitos a vuestra condición de hijo y de hermano. Nunca os alejéis de ellos.
Sin vuestra vida, sin libertad y sin familia será difícil conseguir que vuestras pequeñas melena rubias lleguen a tener un día sus coronas de dueños de la Creación.
No dejes que nadie os las arrebate.
No permitáis que nadie os diga quién sos, porque sois hijo del mismo Dios del Universo.
No debéis olvidar eso jamás, pequeños, y así todo lo bueno vendrá como consecuencia necesaria.
Papá.